Decocolor: Colores cálidos y colores fríos
Los colores cálidos y fríos nacen de una división realizada en el círculo cromático. Dicha división se genera al trazarse una línea desde el amarillo-verde hasta el rojo-violeta. A uno de los lados de esta división quedan los tonos cálidos. Se trata de los colores que contienen rojo y amarillo. En el lado opuesto se forman los colores fríos que son los que están asociados con el azul. Los colores verde y violeta puros son considerados neutros y su grado de temperatura depende de la proporción en que se les adicione rojo, amarillo o azul.
Los colores cálidos (amarillos y rojos) generan un efecto estimulante y dan la impresión de que avanzan, es decir que se adelantan de la superficie que los contiene. Esta percepción genera la idea de cercanía. Se trata de colores vitales, alegres y activos. En ambientes grandes, los colores cálidos y oscuros ayudan a disminuir visualmente el espacio. Cuando se trata de líneas predominantemente horizontales, los colores cálidos sirven para aumentar aparentemente el tamaño de los muebles y elevar los techos.
Por su parte, los colores fríos (azules, verdes y violetas) dan lugar a una acción relajante y generan la ilusión de retroceso, alejamiento, dando lugar a una sensación de distanciamiento. Además son dueños de una impresión de reposo y calma. Hay que tener presente que utilizados solos pueden dar efecto de poca intimidad y de tristeza. Estos tonos junto a los colores claros permiten agrandar el lugar. Un pasillo estrecho, por ejemplo, adquiere aspecto de mayor anchura si está pintado con un color frío.
Fuentes: Estilo ambientación