El regreso del mosaico hidráulico
El mosaico hidráulico es ese material que solíamos ver en las casas de pueblo de antaño. Este tipo de mosaico, apto tanto para paredes como para pisos, vuelve a hacerse presente entre nosotros para formar parte de las deco más actuales.
A diferencia de las baldosas de cerámica, este tipo de mosaico no se somete a procesos de cocción ni está elaborado con barro y adobe. En la fabricación de estos mosaicos interviene una pasta con agua que se obtiene mezclando polvo de mármol blanco, cemento blanco, arena y pigmentos. Al resultado final se llega con la ayuda de moldes y de una prensa hidráulica. Se trata de un proceso que es llevado a cabo en diferentes etapas que hacen posible el grosor de la baldosa. Posteriormente se desmoldan, se dejan secar y se sumergen en agua 24 horas. Por último, para que el cemento quede perfectamente endurecido, se rocía con agua y se coloca dentro de una cámara húmeda durante 28 días, que es el tiempo que tarda el cemento en endurecerse y en que las baldosas estén perfectamente terminadas.
Ideal para espacios interiores o exteriores, el mosaico hidráulico resulta una opción segura para todo tipo de lugares.
Este tipo de material no sólo aporta durabilidad sino que además otorga un gran detalle de diseño dado que en la creación de sus motivos o estampas intervienen muchas veces artistas.
Fuente: El rincón de Sonia