Hoy retomamos el camino de la reutilización de los objetos antiguos (y ya los imagino el fin de semana revolviendo casas de abuelas y negocios) de la mano de las valijas. Antiguamente sus tamaños eran chicos, muy portables, de cuero o cartón rígido y de colores muy atractivos. Y algo que queda obsoleto, puede ser usado para otro fin. Veamos qué proponen estas imágenes:

Si les agregamos patas de banquetas, las transformamos en un minimueble para guardar sábanas y otros blancos para la habitación, a los pies de la cama.

O las usamos simplemente de adorno, pintadas en colores distintos, sobre una silla o en el piso.

Lo que ven es cierto: ¡una valija-parlante! Esto ya es obra de alguien muy habilidoso (¡y con conocimientos técnicos!)

Una casita de muñecas para las niñas de la casa. Y lo más práctico, una vez que terminan de jugar, guardan todo en la valija y nada se pierde.

¿Macetas? ¿Será factible? ¡Pero claro! Con unos orificios en la base tenemos un original macetero para nuestro jardín.

Valija para guardar todos los elementos destinados a artesanías, costura, etc., aprovechando los bolsillos que trae en la tapa.

Y por último, ahora que se acerca la primavera y los días lindos, una valija… ¡para salir de picnic!

Imágenes via Heart Handmade UK

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